XIX Día Internacional de la Conciencia sobre el Ruido

El día miércoles 30 de abril de 2014, se celebrará el Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido. Este día se celebró por primera vez el 24 de Abril de 1996, como parte de una conferencia local organizada por la “Liga de Personas con Problemas Auditivos” de la Ciudad de Nueva York. Actualmente, es una actividad que se desarrolla a nivel mundial, con el propósito de promover el cuidado del ambiente acústico, la conservación de la audición y la conciencia sobre las molestias y daños que generan los ruidos, además de educar sobre las medidas para evitar daños en la salud integral.

[label color=»lightblue»]>>> Ver en la prensa las actividades realizadas el 29 y 30 de abril de 2014 <<<[/label]

¿Qué es el ruido?

Desde el punto de vista de la acústica, ruido y sonido constituyen el mismo fenómeno físico. Sin embargo el ruido se puede definir como un conjunto de sonidos carentes de cualidades “musicales” o de significados que lo hagan agradable, en otras palabras, el ruido es un sonido indeseable, irritante y molesto.

El ruido está considerado como un elemento contaminante del mundo moderno, el agente contaminante “invisible”, más barato de producir y más difícil de controlar por la gran cantidad de fuentes de ruido que nos rodean.

El decibel es la unidad de medida del Ruido, se abrevia como dB, y corresponde a una escala logarítimica. Así, al duplicar la energía, el nivel total aumenta 3 dB. Dicho de otra forma, 50dB+50dB=53dB (y no 100dB). Como el ruido disminuye con la distancia, es importante considerar este factor cuando medimos una fuente de emisión de ruido.

Una conversación en voz alta a 1 metro de distancia puede sobrepasar los 70 dB.
El ruido de una calle de alto tránsito sobrepasa los 80 dB al borde de la vereda.
El despegue de un avión a 70 metros de distancia genera alrededor de 125 dB.

¿Qué efectos produce el ruido en las personas?

El ruido constituye un grave problema medioambiental y social, afecta seriamente la capacidad auditiva de quienes están en contacto frecuente con él, al mismo tiempo que ejerce una influencia negativa en la salud física y mental de todas las personas, propiciando diversos trastornos al organismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 76% de la población que vive en los grandes centros urbanos, sufre de un impacto acústico muy superior al recomendable, esto se refleja en su calidad de vida y se manifiesta a través de: estrés, irritabilidad, hipertensión, dolores de cabeza, taquicardias, fatiga, sordera, aceleración respiratoria y cardiaca, problemas cardiovasculares, problemas del sueño y molestias digestivas, así como la disminución de la capacidad y apetito sexual.

¿Cuáles son las principales fuentes de ruido ambiental?

Existe un gran número de actividades que contribuyen al aumento del nivel de ruido en las ciudades. Esto se conoce como ruido ambiental o comunitario. Las principales fuentes de ruido en las ciudades son: ruido del tráfico vehicular, ruido de aviones y aeropuertos, ruido provocado por los trenes, ruido de obras de construcción, ruido industrial de pequeña y gran escala, y ruido proveniente de las actividades de recreación.

¿Debo preocuparme del ruido en mi ciudad?

La principal fuente de ruido en las ciudades proviene del tránsito vehicular. AcusticaUACh ha realizado mapas de ruido de varias comunas y ciudades (ver informes en la página del Ministerio del Medio Ambiente- SINIA). El último proyecto de este tipo corresponde al Mapa de Ruido del Gran Santiago (2012), cuyos resultados también están publicados en MapCity. También se ha publicado el Mapa de Ruido de Valdivia en la misma plataforma.

Para tener una estimación del ruido que afecta su casa o su barrio, puede utilizar una aplicación gratuita para móviles de AcusticaUACh. Es un pequeño programa educativo que calcula el ruido a partir del flujo vehicular. No reemplaza una medición, pero entregará una buena aproximación al problema. También ofrece orientación sobre el aislamiento acústico necesario en una vivienda, según el ruido que está expuesta.

¿Qué valores recomienda la OMS?

La OMS recomienda para el ruido urbano menos de 30 decibelios ponderados A (dB (A)) en los dormitorios durante la noche para un sueño de buena calidad y menos de 35 dB (A) en las sala
s de clase para permitir una buena enseñanza y condiciones de aprendizaje. También recomienda para el ruido nocturno menos de 40 dB (A) de media anual (Lnight) fuera de los dormitorios para prevenir los efectos adversos para la salud de los ruidos por la noche. Fuente: WHO.

¿En Chile el ruido es un problema?

Según los resultados del estudio realizado en el Gran Santiago, un 17,35% de la superficie modelada de la ciudad se encuentra sobre los 65 dBA de Nivel Día (L_d), valor recomendado internacionalmente para el ruido durante el día. La situación en ciudades más pequeñas como Valdivia, no es diferente. Un estudio realizado por AcusticaUACh en la Comuna de Santiago, arrojó que un 12,4% de la población indica que el ruido siempre le genera nerviosismo, a un 11,5% siempre le produce insomnio y también un 11,5% afirma que el ruido ambiental siempre le causa dolor de cabeza.

¿Cómo podemos protegernos del ruido?

En primer lugar debemos comprender que el ruido no lo hacen solo los demás, sino que lo hacemos todos, por tanto la lucha contra el ruido es una acción individual y colectiva. Algunas acciones cotidianas que nos ayudan a reducir el ruido y protegernos.

Prestar atención a los ruidos que hacemos y respetar el derecho de los demás a disfrutar de un ambiente sonoro confortable.
No usar la bocina del automóvil, excepto que sea necesario para prevenir accidentes. Evitar aceleraciones bruscas y la utilización de escapes libres. Si se emplean alarmas en automóviles procurar que sean de corta duración.
Oír música y televisión a un nivel que no produzca molestias a los demás. Moderar los tonos de llamada de los celulares y no escuchar música mediante los parlantes abiertos de los celulares en ámbitos públicos. La propia música se convierte en ruido molesto para los que no desean escucharla.
Hablar con un volumen de voz moderada, no es necesario hablar en voz alta ni gritar para que los demás nos oigan.
Mover sillas, mesas u otros muebles sin hacer ruido, especialmente cuando tengamos vecinos en el piso inferior. Cerrar las puertas sin dar golpes.
Ser especialmente cuidadosos en el uso de electrodomésticos por la noche.
No gritar a los niños ni enseñarles a gritar.
Proteger nuestra audición evitando exponernos a niveles sonoros elevados. Evitar los lugares de ocio ruidosos.
Limitar el tiempo de uso de auriculares, emplearlos a un nivel moderado y procurar no usarlos en ámbitos o medios de transporte ruidosos.
Explicar, llamar la atención y/o denunciar a quien tenga un comportamiento inadecuado respecto al ruido.